Fotos: Kearny De Rivero
Miami siempre estuvo en sus planes. El artista visual Gonzalo Hernández llegó a Estados Unidos hace seis años y su primera parada fue Florida, antes de continuar a Savannah, en Georgia, para hacer su maestría. Poco después lo alcanzó Pierina Sánchez, su entonces novia, arquitecta y urbanista. Aunque vivían en Savannah y luego se mudaron a Kansas, viajaron a Miami todos los años para la feria de arte de la ciudad. La idea era mudarse ahí eventualmente, algún día, a la larga.



Pierina y Gonzalo están juntos desde tercero de secundaria, pero se conocen desde el salón de prekinder. La suya es una historia larga y los últimos años ha tenido muchas escalas. Antes de la pandemia, ella consiguió trabajo en Kansas. Gonzalo se entusiasmó mucho cuando se enteró que Lucho Hernández pasó un tiempo en la ciudad del medio oeste; es muy fan del poeta peruano, incluso comparten día de nacimiento. En Kansas se encontraron con el río, el lago y las famosas plantas rodantes, esa maleza típica de las películas de vaqueros. Pudieron disfrutar algo, muy poco, de lo bonito de esas ciudad, pues casi de inmediato los alcanzó la pandemia. Pasaron encerrados la mayor parte de ese año en Kansas, aunque llegaron a experimentar la emoción de que la ciudad ganara el Super Bowl. Dicen que el medio oeste es tierra de aventureros.
El último viaje que hicieron antes de que empezara la cuarentena fue en noviembre del 2019, a Lima, donde se casaron. Ya instalados en Kansas, empezaron a armar su primer depa como matrimonio: aunque ya habían vivido juntos, la emoción era distinta. A veces uno quiere tener todo listo de golpe, pero ellos buscaron pieza por pieza. Además, lo que les sobraba era tiempo. Cuando a Pierina le ofrecieron trabajo en Miami, en una empresa de desarrollo y gestión de proyectos, en plena pandemia, no lo pensaron mucho. Después de un año solos en Kansas, la soleada Miami, donde viven varios conocidos, en constante desarrollo, llena de galerías y museos de arte, representaba una gran oportunidad para los dos.


Viven en un departamento de techos altos, con un balcón y dos dormitorios, uno en cada extremo. Queda a 10 minutos caminando de Wynwood, donde está la oficina de Pierina. También está muy cerca al mar. Caminan mucho, salen a hacer las compras y regresan por los malecones.
Su depa en Kansas era oscuro: el dormitorio quedaba al centro, rodeado de paredes que no llegaban al techo, pero aún así la luz no llegaba ni al mediodia. En este nuevo depa, en cambio, casi no prenden las luces. No solo el techo alto, también las superficies más claras hacen la vida luminosa aquí. La carpintería de la cocina es de un tono arena y el piso es de un porcelanato en gran formato color blanco, con un puntito de crema. Gonzalo dice que el lugar se sentía como un lienzo en blanco.
Tienen varias obras de amigos artistas. Una de las latitas de leche Gloria de Alice Wagner; dos autorretratos, de Pierina Másquez y Benjamín Cieza; un dibujo a lapicero de Ignacio Macha, piezas de Natalia Iguiñiz, de Betsy Cain, de Pam Wiley. En uno de los lugares más especiales de la casa, su dormitorio, han colgado una obra de Todd Schroeder: Gonzalo lo conoce personalmente, han expuesto juntos en Atlanta y son muy cercanos.


Antes de Kansas, Gonzalo siempre había tenido estudio fuera de casa, incluso mientras estudiaba en la universidad. Por la pandemia, se vio obligado a armar un pequeño estudio en casa y aquí, en Miami, ocupa el dormitorio secundario que es bastante amplio. El trabajo en casa se ha acoplado muy bien a su rutina. Gonzalo empieza muy temprano, está en la computadora una hora y luego pinta hasta la una, que almuerza o va a buscar a Pierina para comer juntos. Por la tarde trabaja hasta las seis, de lunes a viernes su horario es muy estructurado porque responde también a los horarios de oficina de Pierina, es la manera en que pueden pasar el tiempo juntos.
Su plan para el 2020 era abrir una galería en Lima e ir y venir de Estados Unidos. Incluso aprovecharon su visita a Lima para buscar algunos espacios para alquilar. La pandemia cambió sus planes, pero no los detuvo. Desde marzo 2020, Abrir Galería funciona como una propuesta virtual. Ya han participado en ferias online; actualmente tienen dos muestras, de Alexandra Colmenares y de Rocío Gómez, y ya tienen exposiciones programados para todo el 2021.


Con Abrir Galería, les interesa ofrecer una propuesta diferente, algo nuevo usando la plataforma online, que no sea simplemente traducir una vista tridimensional y trasladarla a una web. Pierina es la encargada de armar cada expo digital, cada proyecto es un reto. Quieren que el espectador se sienta dentro de una experiencia, y que no sea un usuario haciendo scroll en una pantalla. No puedes replicar un espacio en el que no estás. Puedes crear una experiencia propia.