Diseño y buen humor

Palabras: Fiorella Iberico / Fotos: Hilda Melissa Holguín

Carlos Olaizola llegó al Perú en el 2015. El diseñador gráfico ya había estado contemplando la idea de dejar su Venezuela natal, pero esperaba una oportunidad adecuada. Esta llegó cuando su amiga peruana Dora Palomino, directora de Estudio Famas, le propuso unirse al estudio para aportar su creatividad. Carlos llegó a Lima sin conocer nada de la ciudad, pero sí con mucha ilusión de dibujar una nueva historia.

Al cabo de un año de estar en Perú, conoció a Renzo Ibañez, su pareja. Ya llevan ocho años juntos y su departamento es una muestra original y acertada de ese estilo que han creado juntos. Lo primero que es susceptible a la vista al entrar es el póster de una cara feliz, como quien recuerda al visitante algo tan natural que hoy demasiado se olvida: sonreír a la vida. Esta imagen de gran formato es una especie de guardián de la alegría en el departamento de esta pareja entusiasta y amable.

En general, todo el discurso del depa gira en torno a la alegría, expresado en la variedad de colores, elementos y detalles que componen la decoración. Aquí, lo lúdico brilla con intensidad y complementa la vitalidad y energía que Carlos y Renzo transmiten.

Desde que comenzaron su vida juntos, ambos se han inclinado por apartamentos sin amoblar: lienzos en blanco esperando ser transformados. La forma de construir la personalidad del espacio se ha basado en una adquisición gradual. En este proceso, han tejido cuidadosamente su estilo, que no sigue una línea formal y se nutre de la mezcla de patrones y colores, tal como explica Carlos.

Después de una minuciosa búsqueda, dieron con este dúplex, que tenía una zona abierta tal como deseaban. Les resultó mágico descubrir que todo lo que tenían en su antiguo depa encajaba perfectamente aquí. Ellos se habían hecho a la idea de desprenderse de algunas cosas, como suele ocurrir en las mudanzas, pero no fue necesario. Carlos trabaja desde casa a tiempo completo, a diferencia de Renzo, quien lo hace algunos días de la semana, por lo que necesitaban un espacio adecuado para montar dos escritorios, algo que este depa (y su distribución de dúplex) también les ofrecía.

Aunque está lleno de “objetitos” –como los llaman– prestan gran atención a cada pieza que entra en su hogar. Su enfoque no se centra en su valor económico, sino en la búsqueda de un propósito único para cada elemento. Es por esta razón que optan por darle una segunda oportunidad a diversos objetos y también por crear cosas propias, como las lámparas del dormitorio que Carlos hábilmente ensambló, ya que no encontraban en las tiendas lo que tenían en mente.

Las plantas ocupan un lugar esencial, ya que para ellos le infunden vida al espacio. Disfrutan comprando piezas de otros artistas: frecuentan ferias de diseño independiente y se inclinan por las creaciones de diseñadores emergentes. Sienten que estas obras van mejor en su espacio cargado de personalidad. Carlos aspira a incorporar más de su propio arte en la decoración.

El amor de Carlos Olaizola por el diseño se extiende a una serie de proyectos apasionantes. Un tiempo atrás, revivió en el Perú una marca de ropa que originalmente había lanzado en Venezuela: FotherMucker. Se caracteriza por un estilo urbano impregnado de patrones con mucha identidad diseñados por él. La marca tuvo tan buena acogida que salió en la revista Vogue. Hoy está en pausa, ya que ha dejado espacio para otro proyecto igualmente emocionante: la creación de muebles bajo la marca Osado. Los primeros productos de este nuevo emprendimiento son esas mismas butacas que se lucen en la sala de su casa.

Su hogar emana una atmósfera acogedora y familiar. Siempre están preparados para recibir a las personas que quieren. Sin duda, su departamento es el escenario ideal para las reuniones, ya que a ambos les encanta ser anfitriones y recibir a sus invitados en este espacio al que dedican tanto esmero y cariño. Cuando les proponen a sus amigos salir a un bar, la contrapropuesta que no se hace esperar es “mejor vamos a tu casa”. Ellos aceptan felices.

Mover las cosas de su lugar también es otra de las pasiones de la pareja, sobre todo de Carlos. Las que más rotan en su casa son las plantas, para que todas puedan recibir luz, y los cuadros. Sienten que ese tipo de cambios refrescan el espacio y rompen con la monotonía.

Aunque el interiorismo se destaca por su carácter lúdico, también incorpora matices de calma a través de detalles en madera y el uso del color verde. Los baños, que recientemente se remodelaron, ofrecen un contraste en comparación con la explosión de colores en la sala y el comedor porque tienen una estética más equilibrada y elegante. Carlos y Renzo planean futuras modificaciones, incluyendo la remodelación de la terraza. El departamento es un proyecto en curso que refleja su estética, su historia juntos y su filosofía de vida con buen humor y diseño.